Sus conclusiones demuestran que la dieta más eficaz para perder peso es la pobre en grasa y rica en hidratos de carbono. Mejor incluso que las que aconsejan disminuir la ingestión de calorías o grasa, únicamente.
Al parecer, éstos trabajos demostraron que las personas obesas tienden a consumir más grasa y menos hidratos de carbono. Parte de este comportamiento se basa en que las personas con sobrepeso muestran una apetencia natural por la grasa que, en ocasiones, puede deberse a costumbres familiares, aunque también existe un condicionante genético. Para comprobar que la dieta es efectiva y que realmente lo que se está perdiendo no son sólo líquidos sino grasa, se puede utiliza un medidor de grasa corporal.